El golf es una actividad deportiva que consiste en embocar una bola de pequeñas dimensiones en un hoyo mediante distintos tipos de palos, empleando para ello el menor número de golpes posibles. La zona de salida se denomina tee y donde se ubica el hoyo se llama green, una zona verde perfectamente cuidada y segada.
El golf es un deporte que se desarrolla al aire libre, en plena naturaleza, y que exige tanto esfuerzo como el jugador desee, puesto que es él mismo quien fija su propio ritmo, convirtiéndolo en estimulante o reposado.
El golf constituye un desafío a las habilidades de cada uno dado que, en el fondo, no se juega contra nadie, sino contra sí mismo. Por ello conlleva una serie de valores –humildad, sacrificio, tolerancia, etc– sumamente positivos y apreciados.
El golf puede ser jugado en cualquier época del año y a cualquier edad, desde la más tierna infancia hasta muy entrada la madurez dado que el esfuerzo físico que requiere, más intenso del que pudiera parecer a primera vista –con recorrido que incluyen 6 ó 7 kilómetros por terrenos desiguales–, es sin embargo muy gradual.
El golf se caracteriza asimismo por la existencia de un sistema de handicap, entendiendo el handicap no como limitación, sino como ventaja o compensación, de manera que personas con distintas aptitudes pueden competir en un mismo torneo sobre una base de igualdad, contrarrestando las deficiencias de cualquier jugador.
El sistema de handicap entra en acción en determinados tipos de competiciones, ya que en otras, de mayor rango –de carácter profesional o amateur del tipo Campeonatos de España, etc– el ganador del torneo es quien realiza el menor número de golpes, sin incidencia del handicap, en las vueltas estipuladas.
El Campo
Un campo de golf convencional tiene, como mínimo, 9 hoyos, si bien lo ideal y normal es que tenga 18, que son numerados correlativamente. Cada uno de ellos son diferentes entre sí y también diferentes de un campo a otro.
El espacio comprendido entre el tee de salida y el green se denomina calle, que puede tener diferentes tipos de obstáculos que hagan más difícil llegar de un lugar al otro: lagos, árboles, trampas de arena (denominadas bunkers) normalmente en las proximidades del green, etc.
A los lados de la calle existe una zona denominada rough (raf) donde la hierba y retamas están sin cuidar, lo que incrementa la dificultad de los golpes cuando la bola llega a estas zonas.
En los greenes se encuentran los hoyos, un orificio circular recubierto en su interior con una funda metálica, de un diámetro de 108 milímetros, en cuyo interior se coloca la bandera, que lleva el número correspondiente y que se retira cuando se va a jugar directamente con intención de embocar la bola.
La superficie del green puede variar significativamente –desde 300 a 1.500 metros cuadrados, por poner un ejemplo–, pero en todos los casos es mantenida con esmero, perfectamente segada, recordando el tapiz de una mesa de billar. Aunque normalmente es plano, el green puede presentar ondulaciones que provoquen desviaciones en la trayectoria de la bola.
Una competición de golf consiste en jugar, como mínimo, 18 hoyos consecutivos. Las pruebas de mayor importancia se disputan a 36, 54 o 72 hoyos, repitiendo varios días los 18 hoyos de la primera jornada.
El Equipo
Para jugar al golf se utilizan una serie de palos, compuestos cada uno de ellos por una varilla con un mango o empuñadura (grip) y una cabeza con la que se golpea la bola. Normalmente la bolsa de palos está integrada por cuatro maderas y diez hierros, la denominación genérica utilizada que respondía al material de las cabezas de los palos cuando éstos eran realmente de madera y hierro, si bien en la actualidad el material del que están compuestas las ‘maderas’ y los ‘hierros’ es de lo más variado.
Cada uno de los palos tiene una misión específica, alcanzándose distancias diferentes según su tipo. En general, la madera se emplean en los golpes largos; los hierros, para golpes intermedios, en situaciones desfavorables o en golpes de aproximación; el putter, para embocar la bola en el agujero cuando se llega al green.
A lo largo del tiempo la bola ha sufrido asimismo muchas transformaciones, constando hoy en día de un núcleo que puede ser de caucho líquido, recubierto apretadamente de hilo de goma y cubierto todo ello con un material vulcanizado.
Qué hay que hacer para empezar a jugar al golf
Para jugar al golf en un campo debidamente homologado es obligatorio estar en posesión de la licencia federativa, según las normas del Consejo Superior de Deportes y la legislación actualmente en vigor. Cada licencia lleva anexo un seguro que cubre la responsabilidad civil y los accidentes que se produzcan durante la práctica del golf en un campo debidamente homologado. Se puede ampliar información sobre cómo obtener la licencia federativa en esta misma página web, en el apartado de ‘Licencias’.
Para jugar al golf se puede acudir a cualquiera de las múltiples instalaciones que existen en España. Algunas tienen carácter público y popular, en las que no es necesario hacerse socio y jugar es posible mediante un desembolso económico muy ajustado.
Asimismo hay entidades comerciales en las que se puede practicar el deporte del golf pagando el derecho de juego por un día (green fee), al margen de entidades privadas en las que es preciso ser socio o abonado para entrar en sus instalaciones.
También es posible iniciarse en el deporte del golf en cualquiera de las Canchas de carácter público, comercial o privado, lugares donde se practica el swing (movimiento realizado para golpear la bola), el juego corto o el putt.
Dado que el golf es un deporte con mucha técnica, es muy conveniente recibir clases de un profesor tanto cuando se es principiante como cuando, si se quiere mejorar, ya se tiene experiencia. En general, es muy importante no forzar los movimientos y ser siempre muy constante y paciente.