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Martes, 22 de Octubre, 2024
Escuela Blume
Escuela Nacional Blume: 35 años dando guerra
El curso 24/25 ha comenzado con seis caras nuevas en el centro de Madrid y otras cuatro en León
Componentes de la Escuela Nacional Blume de Madrid

ESCUELA NACIONAL BLUME 24 25

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La Escuela Nacional Blume es toda una institución deportiva con 35 años y cientos de jugadores a sus espaldas; y sin embargo, mantiene el mismo espíritu joven, alegre y combativo de siempre. Aquí vienen los chicos y chicas a jugar, a crecer, a madurar, a trabajar y a divertirse. Y a cambio, los profesionales al cargo ponen todo de su parte para ayudarles a hacer realidad sus sueños golfísticos. Es un intercambio interesado que en todo este tiempo ha sido beneficioso para ambas partes y que, por qué no, lo va a ser para los diecisiete jugadores que comienzan su andadura en la Blume en este curso 24/25. Aquí se inicia un maravilloso viaje.

Seis caras nuevas en la ‘vieja’ Blume

Como cada año, los primeros meses son cruciales para la integración de los recién llegados: nuevos compañeros, nueva ciudad y nuevo entorno. Por eso, es fundamental la ayuda de los veteranos. La nueva promoción de la Blume madrileña -que se desempeña en las instalaciones vanguardistas del Centro de Excelencia, en el campo del Centro Nacional de Golf y en la Residencia Joaquín Blume- cuenta con seis nuevos, ni más ni menos: la canaria Nerea Garrido, la zaragozana Laura Gorgees, el almeriense Arián Rodríguez, el malagueño de origen neerlandés Benjamín Van Braak, el gaditano Gonzalo Baños y el asturiano Pelayo Fernández. Estos seis talentos se unen a los veteranos: el zaragozano Iván Enguita, los malagueños Jorge Sánchez y Noa Terroba, y la valenciana Lucía Valderrama.

Hay un hecho que facilita la adaptación de los nuevos: casi todos se conocen ya de jugar Puntuables Zonales, Campeonatos de España de Federaciones Autonómicas y otros torneos juveniles. Eso, tener amigos que ya llevaban un año en la escuela, es lo que ha permitido a Gonzalo Baños aterrizar con buen pie. “Conozco a casi todos desde chicos; conocía bien a Noa, y Jorge e Iván eran amigos míos de antes”, explica.

Mucho más explícita es la propia Noa Terroba, que ya es toda una veterana pese a llegar a Madrid hace apenas doce meses: “El primer año vienes con miedo, pero en el segundo ya sabes que lo que vas a hacer es disfrutar con los técnicos cada día, y vas a mejorar. También sabes que tienes que estudiar mucho, pero esa es otra película”.

Lo más complejo cuando un chico llega de nuevas “es adaptarse a la rutina, que es muy exigente. Son muchas horas seguidas sin parar, y normalmente en casa no llevas ese ritmo. Además, estás fuera de tu ciudad, y eso también influye”, explica Noa.

Si la buena noticia en Madrid ha sido la llegada de seis chicos sobrados de talento, la mala ha sido la despedida de cuatro. Las valencianas Cloe Amión, Rocío Tejedo y Balma Dávalos -en este caso, con destino a Estados Unidos-, y la pontevedresa Alba González han dejado la escuela convertidas en golfistas hechas, con no pocos éxitos a sus espaldas.

Año de cambios en León

También es un curso de mucho movimiento en la Blume de León en un año especial, ya que el centro cumple diez años formando deportistas y personas. Sólo tres de sus siete integrantes permanecen: la guipuzcoana Lucía Iraola, la leonesa Mónica del Valle y la canaria Ana Malcolm. Las bajas de Clara Martínez, Santiago Juesas, Miguel Mora y Alberto Baños las suplen las llegadas del gaditano Álvaro Trujillano, el granadino Iñigo Ferrerira, el vizcaíno Javier Domingo y la cántabra Inés González.

Al igual que en los diez años anteriores, estos golfistas van a realizar sus rutinas, prácticamente calcadas a las de sus compañeros ‘madrileños’, en instalaciones de primer nivel: el Centro de Alto Rendimiento de León, el Club de Golf de León -que además de un buen campo aporta una cancha de prácticas y un putting green de grandes dimensiones-, y el Colegio Leonés, un centro con 128 años de historia. Además, estos siete golfistas acuden periódicamente al Centro de Excelencia de la RFEG para someterse a análisis técnicos.

Salva Luna, una institución al mando

Nadie mejor para dirigir las Escuelas Nacionales Blume que uno de los técnicos de golf con más pedigrí en nuestro país, Salva Luna. Su amplia experiencia y el enorme reconocimiento que rodea a su trayectoria -no por nada las PGA’s de Europa le galardonaron con el premio The John Jacobs Award for Teaching y Coaching en 2014- le convierten en el líder ideal para guiar los sueños de cada generación.

Salva encabeza el equipo que gestiona las líneas maestras sobre las que se mueve todo en los centros de Madrid y León. Kiko Luna, Álvaro Salto, Jorge García y Alberto Díaz son los responsables técnicos que trabajan, conjuntamente con Salva, en el día a día de los jugadores. La coordinación más allá del verde corre a cargo de Laura Moreno en Madrid y de Miriam Guerra en León. Gracias a ellos los chicos y chicas pueden afrontar con garantías las exigentes, pero apasionantes, agendas de estudio y deporte que predominan en la Escuela.

El apartado psicológico lo manejan profesionales de dilatada trayectoria como son Óscar del Río y José Lombo; y Paco Fernández y Álvaro Gil son los designados para trabajar con los chicos la faceta física. La coordinación general recae en la figura de Ignacio Gervás, Director Deportivo de la RFEG.

“Si Jon Rahm estuvo aquí…”

Controlar y medir bien las expectativas de los chavales es uno de los muchos cometidos que tienen los docentes en ambas escuelas. Todos quieren ser grandes profesionales, y trabajan duro para eso. Su motivación parte, en gran medida, de la gran cantidad de jugadores ilustres que han pasado por la Blume: Azahara Muñoz, Nacho Elvira, Álvaro Quirós, Nuria Iturrioz,... o, cómo no, Jon Rahm. Una enorme lona junto a la cancha de prácticas del Centro Nacional recuerda que en esos greenes se forjó el campeón vasco.

“Cuando ves que por aquí ha pasado Rahm y otros grandes golfistas, y que han aprendido lo mismo que ahora estamos aprendiendo nosotros, es un estímulo y una inspiración, porque dices ‘bueno, ellos han pasado por lo mismo que yo, así que puede que en el futuro yo pueda pasar por lo mismo que ellos han pasado después’. Es muy motivante el que los técnicos nos cuenten cómo eran y cómo entrenaban esos jugadores tan buenos”, dice ilusionada Noa Terroba.

El novato Gonzalo Baños, mucho más directo, lo simplifica así: “Si estoy aquí y Jon Rahm también estuvo aquí, eso quiere decir que de momento estoy haciendo las cosas bien”.

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