.Sólo siete de los dieciséis golfistas de la Escuela Nacional Blume repiten este curso. Su papel, fundamental, es el de guiar a los nuevos en sus primeros pasos en Madrid y León.
.El Centro de Excelencia de Madrid y el Centro de Alto Rendimiento de León son los enclaves en los que se forja el talento que estos jóvenes golfistas traen de serie.
Desde 1989 dando guerra, y aquí sigue la Escuela Nacional Blume, ayudando a jóvenes talentos a desarrollar todo el potencial que llevan dentro, que es mucho. Treinta y cuatro años después, la factoría sigue en marcha, con Salvador Luna, su Director, al frente, con excelentes profesionales en todas las áreas, con una ilusión desbordante y, por supuesto, con los mejores mimbres: dieciséis chicos y chicas decididos a formarse como personas y como golfistas. La receta Blume, que no lo dude nadie, sigue siendo ganadora.
Renovación parcial en las dos sedes
Como bien sabéis, la Escuela Nacional Blume tiene dos sedes, la de Madrid, la veterana, y la de León, que está en marcha desde el curso 2014/15. En ambas, cada año se produce un baile de jugadores, unos que llegan cargados de ilusión y otros que se van con enseñanzas y vivencias valiosas en la mochila para seguir su formación en Estados Unidos, en algunos casos, o en nuestro país, en otros.
La Blume madrileña, ‘la de siempre’, cuenta en esta temporada con cuatro veteranas que en el último curso han dado un salto importante en su rendimiento deportivo: las valencianas Rocío Tejedo, Cloe Amión, Balma Dávalos, y la gallega Alba González. Ha sido un gran año para todas ellas -recordemos, sólo por poner un ejemplo, que Rocío, Cloe y Alba han sido campeonas de Europa Sub 18 este verano-, y ahora les toca hacer las veces de guía para los cinco compañeros que vienen de nuevas. Ojo, son novatos, pero eso no quiere decir que no tengan experiencia en el primer nivel del golf nacional. Hablamos de los malagueños Noa Terroba y Jorge Sánchez, la valenciana, otra más, Lucía Valderrama, el ciudadrealeño Gonzalo Rodríguez y el zaragozano Iván Enguita.
Todos ellos acuden con credenciales interesantes. Veamos, el propio Iván es el actual campeón de España Sub 16, no está mal; Jorge participó activamente en el triunfo de Andalucía en el Campeonato de España de FFAA Sub 18 Masculino, y Noa fue tercera en el Campeonato de España Sub 18, en el que se impuso su nueva compañera Cloe Amión. Estos datos nos indican que estamos ante una generación muy interesante.
En el otro lado están los seis compañeros que han dejado la Escuela: Violeta Fernández-Tagle, Luis de Miñón, Curro Martínez, Álvaro Gómez de Linares, José Manuel Berenguel y José Antonio Sintes. Todos ellos han dejado su sello en la gran historia de la Blume y en sus compañeros. ¡Suerte en vuestra nueva andadura!
Las instalaciones vanguardistas del Centro de Excelencia y el campo del Centro Nacional de Golf son, como siempre, el escenario en el que se mueven los jugadores de la Escuela, además, claro está, del instituto y la residencia Joaquín Blume. Es en estos cuatro puntos en los que crecen los sueños de estos nueve golfistas.
Tres salen, tres entran en León
También hay movimiento en León, donde las altas corresponden a cuatro golfistas: la guipuzcoana Lucía Iraola, la leonesa Mónica del Valle, la castellonense Clara Martínez y la canaria Ana Malcolm, que se unen a los veteranos Santiago Juesas, Miguel Mora y Alberto Baños. Es a ellos a los que les toca mostrar los encantos de una ciudad como León a las cuatro compañeras que han llegado para ocupar el sitio que dejan David Dávila, Sara Moreno y María Bastarrica. Los tres han dejado una magnífica impronta en los dos años que han pasado en León.
A los siete jugadores que integran la hornada 23/24 les esperan jornadas de exhaustiva formación deportiva en las mejores manos en las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento de León y del Club de Golf de León -que además de un buen campo aporta una cancha de prácticas y un putting green de grandes dimensiones-, y académica en el Colegio Leonés, un centro con más de cien años de historia.
Un elenco de profesionales al servicio de los golfistas
Como viene siendo habitual, el encargado de dirigir las Escuelas Nacionales Blume es uno de los más reputados técnicos de golf de nuestro país, Salva Luna. Lo hace desde su condición de eminencia de la enseñanza del golf en España; no en vano las PGA’s de Europa le galardonaron con el premio The John Jacobs Award for Teaching y Coaching en 2014, un título que le reconoció como mejor entrenador de golf en el continente.
Él lidera el equipo que gestiona las líneas maestras sobre las que se mueve todo en los centros de Madrid y León. Kiko Luna, Álvaro Salto, Jorge García y Alberto Díaz son los responsables técnicos que trabajan, conjuntamente con Salva, en el día a día de los jugadores. La coordinación más allá del verde corre a cargo de Laura Moreno en Madrid y de Miriam Guerra en León. Gracias a ellos los chicos y chicas pueden afrontar con garantías las exigentes, pero apasionantes, agendas de estudio y deporte que predominan en la Escuela.
En ambas sedes, la parcela psicológica corresponde a profesionales de dilatada trayectoria como Óscar del Río y José Lombo; y Paco Fernández y Álvaro Gil son los encargados de facilitar a los alumnos las herramientas necesarias para que alcancen un óptimo nivel físico. La coordinación general recae en la figura de Ignacio Gervás, Director Deportivo de la RFEG.
“Esta es mi segunda familia”
Para saber lo que es la Escuela Nacional Blume, basta con hablar con alguno de sus componentes. Nadie conoce mejor que ellos la complicidad que se crea en un curso entero en el que se comparten buenos momentos y otros malos, dentro y fuera del campo. Nos lo cuenta Cloe Amión, convertida ya en una ‘repetidora’ que ha visto despegar de forma fulgurante su carrera anateur: “aquí somos una gran familia, compartimos todo, es como tener una familia aparte de la que tenemos cada uno en casa. Aquí me siento como en casa”. El hecho de que este mes de septiembre haya variado la mitad de esa familia no es un problema para la simpática golfista valenciana. “Vamos a echar mucho de menos a los amigos que se han ido; ahora han venido cinco nuevos a los que estamos ayudando en sus primeros pasos en Madrid, al igual que hicieron el año pasado conmigo”, explica.
Cloe, que afronta su último año antes de embarcarse en la aventura americana, destaca las diferencias entre los dos cursos. “El primer año es cuando puede que tengas que asumir algunos cambios técnicos, mientras que el segundo es más sencillo porque normalmente los cambios ya los tienes interiorizados”, cuenta.
Tanto a los golfistas de Madrid como a los de León se les viene encima una primera mitad de la temporada en la que lo primordial es hacer trabajo técnico, físico y mental, así como aprender a llevar a cabo esos entrenamientos. A partir de enero se desarrolla un trabajo más de adaptación a la competición, porque, como indica Cloe, “con tantos viajes hay semanas en las que a lo mejor únicamente se puede entrenar un día”.
Así pues, cuando leas esto los blumeros estarán trabajando duro para poder sacar a relucir todo lo aprendido en los primeros meses cuando llegue la primavera golfística. Trabajar ahora para disfrutar después.
¿Y si nieva? Se trabaja igual
El Centro de Alto Rendimiento de León es una instalación de primer nivel que cuenta con gimnasio de competición y una sala polivalente, entre otros recursos. Una de sus mayores virtudes es que permite realizar trabajo bajo techo en jornadas de climatología adversa, algo que se agradece en los meses de invierno.
Además, los golfistas de la Blume de León también tienen a su disposición los avances tecnológicos del Centro de Excelencia del Golf, como sus compañeros de Madrid.
Un mentor para potenciar el desarrollo personal
“Es un programa para acelerar la madurez de los deportistas, sobre todo en lo que toca al desarrollo personal”. Así explica Nacho Gervás la línea de trabajo del programa de Mentoring impulsado por la RFEG para dar a poyo a todos los jugadores de la Escuela Nacional Blume. Para el Director Deportivo, “un mentor es alguien que escucha a los golfistas y les ayuda, en su primera experiencia fuera de casa.” Con esa premisa nació un programa que sigue dando frutos año tras año.